En la calzada romana de ubrique a
Benaocaz existe un curioso lugar que es conocido como la cabeza de toro. Aquí
existe la silueta de perfil de una cabeza de toro pintada sobre la roca caliza
ante la cual es típico pararse para arrojar tres piedras, si tenemos la
habilidad de acertar tal blanco, se dice que se cumple un deseo.
Esta tradición se remonta de un
hipotético enfrentamiento de leyenda
entre los vecinos de Ubrique y
Benaocaz y que termino con ambos bandos arrojándose piedras en
aquella zona. Este punto también marca
la frontera entre los dos pueblos.
La disputa expuesta en este mito
vino dada de porque los habitantes de Ubrique pretendieron robar a la talla de
San Blas, en el mismo día que se celebraban las fiestas al santo con intención de casar la imagen con la Virgen de
los Remedios, patrona de Ubrique. Al no
poder realizar el rapto los ubriqueños huyeron con el toro que servía de
entretenimiento en las fiestas siendo seguidos por los vecinos de Benaocaz que los
alcanzaron en la citada zona y donde dieron muerte al toro y se dio la batalla
de piedras.
Para recordar aquel día se pintó
una cabeza de toro en la roca.
Comentar que es notorio el
deterioro de la calzada romana en este punto y es que la tradición ha provocado
estragos en ella. Así que si pasa por allí, no cojas la piedra de la mima calzada
para de este modo intentar conservarla.
La verdad es que esta un poco abandonada y es que se debe a que los habitantes están construyendo a los dos lados de la calzada, y el paso de coches, motos, camiones para el transporte de materiales.
ResponderEliminarSolicito y pido que se tomen la medidas necesarias para su conservación.