En los tramos finales del río Guadalete se asienta la ciudad de El Puerto de Santa María, antiguo puerto de galeras reales, aunque poco queda de aquella época, ahora en margen del centro de la ciudad solo queda el muelle para el vaporcito y el ferry a Cádiz. En el otro margen del rió, todavía se guarda algo de su antiguo sabor marinero siendo amarre de unos cuantos barco pesqueros.
El margen del río que esta anexo al centro de la ciudad es la conocida “Ribera del Marisco”. Esta área, antiguamente utilizada como muelle ha quedado como zona de esparcimiento, ocio y disfrute. Se ha construido un parque prolongado por un paseo marítimo en el cual se encuentra numerosos bares y restaurante para degustar los típicos guisos de la bahía de Cádiz.
Cuando circulamos por la antigua carretera nacional y tras pasar el puente sobre el Guadalete, giramos en la rotonda y entramos en esta conocida vía de La Ribera del Marisco con el parque citado anteriormente su izquierda y a la derecha la acera con los nombrados restaurantes situados algunos en antiguos e históricos edificios.
La calles que cortan a La Ribera del Marisco y la paralela se ha contagiado de esta actividad de servicio y forman un centro de atracción de turistas de primer orden, como zona de paseo, sitios de cenar y heladerías. Normalmente en verano se suele colocar un pequeño mercado en los jardines con puestos de artesanía, libros además de algunas atracciones de feria.
Cuando pasan las primeras horas de la noche deja de ser un lugar tranquilo, para convertirse en el centro de la movida juvenil como lo atestiguan la discotecas de medio tamaño y el gran número de pequeños pubs.
La zona tiene un gran aparcamiento al terminar la Ribera del Marisco, pero debido a la gran afluencia de turistas de las urbanizaciones cercanas y los jóvenes de las poblaciones cercanas, puede llegar a se corto en verano.
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