Un personaje típico de las costas de Cádiz es el vendedor ambulante de mariscos cocidos, que aunque sigue en liza ya no es tan popular por la existencia, cada vez más, de establecimientos dedicados a la venta de este manjar.
Es una estampa muy típica, ver a este hombre con su canasta de mimbre, con ese olor tan suculento que desprende la cesta, y su gracioso pregonar “camaroooone-cangreeeejo-booooca”.
Se ubicaban donde veían la oportunidad tales como en sitios de paso, en la playa, en las concurridas plazas o cerca de lugares donde las personas este tomando una cañita y les pueda apetecer probar un poco de mariscos.
También es típico que monten sus tenderetes próximos a estos sitios y repartan su mercancía de camarones, cangrejos, gambas, etc, en los típicos cucuruchos de papel.
Muchos de estos vendedores se llevaron en la misma esquina del pueblo toda la vida, siendo muy conocidos y populares que hasta le han realizado una estatua para recordarlos.
Algunos vendedores recolectaban el marisco ellos mismos en las marismas de la bahía de Cádiz que están situadas cerca de sus pueblos.
En definitiva, si vas por Cádiz y vez alguno de ellos echale una mano y prueba sus productos que suelen tener un genero fresco y sabroso.
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