La ciudad serrana de Olvera es conocida además de por su conjunto histórico por se una tierra rica en olivares. En la reconquista cuando cayo en pode del reino de Castilla fue nombrada como Olivera, dado el mar de olivos que rodeaban el entorno.
Hoy en día, el término municipal de Olvera sigue lleno de áreas dedicadas a la agricultura y en especial a los olivos. El pueblo mantiene esa gran tradición en este cultivo y forma parte de la Asociación Española de Municipios del Olivo, una organización que fue creada en la misma Olvera en el año 1996.
La calidad de su producción ha derivado en crear la denominación de origen Sierra de Cádiz, que engloba a la industria aceitera de varios pueblos de la comarca incluyendo municipios de Sevilla.
Esta producción es más artesana, los olivos en estas tierras de colinas y montañas son menos productivas que los cultivos extensivos de tierras más llanas. Las variedades existentes en la zona son: Lechín, Manzanilla, Verdial, Hojiblanca, Picual, Alameña y Arbequina.
La recogida de aceituna proporciona trabajo a mucha población activa del sector primario en los meses de la recolección.
Algunos de estos molinos del área de Olvera y alrededores que funcionaban como almazaras desde tiempos remotos han sido restaurados para el turismo rural y hacen posible el disfrute de la paz y la tranquilidad. Estos alojamientos permiten el paseo por el entorno del Parque Natural de Grazalema y algunos ofrecen la posibilidad de ver in situ como se produce la recogida de la aceituna.
La gastronomía olvereña derrocha variedades y muchos de estos platos cuentan con su condimento especial: el más puro aceite de oliva, el zumo de las montañas que mana de sus tierras de olivos.
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