La laguna de la Janda

La antigua laguna de La Janda constituyó uno de los humedales más importantes y extensos de la Península Ibérica. Esta le da nombre a la comarca situada en la zona central de la provincia de Cádiz, y limítrofe con el campo de Gibraltar, que incluye los municipios de Alcalá de los Gazules, Benalup-Casas Viejas, Paterna de la Rivera, Conil de la Frontera, Barbate, Vejer de la Frontera y Medina Sidonia.

La laguna que era de más de 4.000 Has. de extensión  se asociaban a otra serie de lagunas menores que en su conjunto sumaban 50 Km2 constituyendo el humedal interior más importante de toda Europa. Era un ecosistema de gran riqueza y diversidad, su cercana localización al Estrecho, hacía que, durante la época de migración de aves por el Estrecho, estas encontrasen aquí el lugar idóneo para cobijarse, descansar y encontrar alimento.

La intención de su desecación se remonta a 1.829, cuando se empezaron a efectuar algunas obras. Por razones de salubridad o por razones de codicia económica, sus valores e importancia ecológica no fueron tenidos en cuenta para frenar la ejecución de importantes obras hidráulicas que provocaron su desecación a finales de los años sesenta. Para ello se realizaron canalizaciones para represar las aguas de los ríos Barbate, Celemin y Almodovar que descargan sus aguas en la zona de la Laguna de la Janda, convirtiendo al área en un rico territorio agrícola y ganadero.

 

Afortunadamente la laguna no esta totalmente muerta, pues a pesar de estas grandes obras ejecutadas, cada vez que se produce una época de fuertes lluvias esta vuelve, pues en sus antiguos terrenos se forman una  lámina de agua que atrae a las aves acuáticas como la grulla común, la canastera común, el elanio azul, el aguilucho cenizo, etc…

 

Actualmente, la laguna sigue convertida en grandes extensiones de campos de cultivos, entre ellos campos de arroz, dividida por canales que se usan como canales de riegos. Aún así, muchas especies de aves siguen buscando refugio en sus campos encharcados. Entre los cañaverales de los canales  que la dividen, también, encontramos aves en busca de alimento. Por eso esta desecada, pero no olvidada Laguna de la Janda sigue siendo un lugar muy rico al cual debería de devolverse, al menos en parte, su gran riqueza natural pues es muy capaz de regenerarse.