Cádiz tiene vientos de todos los puntos cardinales, pero los dos predominantes son el Levante, viento calido y seco que sopla desde el sureste proveniente de África, y el Poniente, que sopla del oeste cargado de humedad procedente del océano atlántico.
Ambos se alternan y baten las costas gaditanas con más fuerza cuanto más al sur, y también dependen de la estación del año pues en verano es más predominante el Levante y en invierno el Poniente.
El punto de la provincia donde más se nota los vientos es en el pueblo de Tarifa, justo en la punta más al sur de la península ibérica, las montañas del sistema penibético desde Granada, pasando por Ronda y llegando a Tarifa, encajonan el aire junto con el continente africano formando un embudo que aumente la velocidad del viento en el estrecho.
Esta particularidad ha sido aprovechada para la instalación de numerosos parques eólicos desde hace más de 30 años y las playas del entorno se han convertido en un lugar de peregrinación para los aficionados a deportes relacionados con el viento como el windsurf o kitesurf, como la playa de Valdevaqueros.
El viento de Levante en la costa de la provincia puede ser muy persistente, y soplar con mucha fuerza, popularmente es conocido, como “su majestad el Levante” porque de el depende todo los planes que se vayan a realizar.
Ya en tiempo de los romanos el historiador Herodoto visito estas tierras, y quedo impresionado por la fuerza y la duración comentando en sus escritos que era una tierra inhóspita, cuan equivocado estuvo este reconocido historiador de la antigüedad pues Cádiz es un lugar magnifico para vivir y visitar.
El levante seca la humedad de las tierras provocada por su cercanía del mar y mantiene una benigna temperatura todo el año. El poniente da esa tregua a la sequedad y reverdece los campos de la provincia, además cuando los vientos de poniente chocan contra las montañas de la sierra de Cádiz provocan la lluvia que almacenada en pantanos abastecen a toda la provincia.
Esta lucha de los vientos ha provocado un curioso efecto natural en la zona de el lentiscal, pues la playa de Bolonia situada en una ensenada que enfrenta al sur recibe al viento de Levante desde el mar y este ha arrastrado la arena de su playa durante siglos para formar la popular duna de Bolonia.
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